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UN MITO MUY GENERALIZADO SOBRE LAS LESIONES DEL CORREDOR

Publicado por Magnifit el 20 de agosto de 2014

UN MITO MUY GENERALIZADO SOBRE LAS LESIONES DEL CORREDOR
La pronación es un mecanismo natural de nuestro pie y, a la vez muy necesario durante la carrera. Cuando se produce el apoyo del pie contra el suelo y el tobillo se gira hacia dentro (es decir, cuando se prona) la mayoría de las fuerzas generadas por el impacto son absorbidas. Sin embargo, durante mucho tiempo, se ha creído que pronar de manera excesiva, o demasiado poco era una de las causas más importantes de ver incrementado el riesgo de lesión, tanto a nivel de la articulación de la rodilla como de la cadera.

Sin embargo un estudio muy reciente y controvertido nos muestra cómo esta creencia, que está tan profundamente generalizada, podría estar equivocada.

Un equipo formado por varios investigadores e instituciones de los países de Dinamarca y Holanda nos demuestra que en corredores principiantes que entrenaron  durante todo un año con zapatillas neutras (que no intervienen en el control de los movimientos del pie), e independientemente de que manifestaran un exceso o déficit en la pronación, no mostraban de manera significativa un mayor riesgo de sufrir lesión que aquellos corredores que presentaban una pisada neutra. Incluso, entre aquellos corredores que llegaron a acumular cerca de 1000 kilómetros los índices de lesión fueron ligeramente superiores a favor de aquellos corredores que tenían una pisada neutral con respecto a aquellos que pronaban de una manera excesiva.

Lo que este estudio principalmente nos aporta es la idea de que ciertos niveles de pronación, considerados hasta la fecha como alejados de la normalidad, en la práctica podrían no serlo y no contribuirían a la aparición de lesiones. Y siendo éste el caso, los corredores, y especialmente aquellos principiantes, no tendrían que mostrar especial preocupación por su tipo de pisada. Por el contrario, sí que deberían centrarse en otros aspectos preventivos tales como su masa corporal, sus entrenamientos, hábitos, edad e historial de lesiones.

En segunda instancia el estudio también sugiere que intentar controlar la pronación con un tipo concreto de calzado probablemente sea algo equivocado. Como otros estudios también evidencian (Ryan, MB 2011; Knapik, JJ 2010; Cheung,RT 2011), cuando un corredor elige el calzado en función de su tipo de pie (sujetos pronadores que llevan un calzado que controla su nivel de pronación), los índices de lesión se mantienen, o incluso se ven aumentados, en relación con aquellos corredores que eligen su calzado de una manera más aleatoria.

Finalmente, los resultados del estudio junto al sentido común nos proponen que sea el grado de comodidad el mejor criterio a la hora de realizar nuestra elección de las zapatillas para correr, y no aquel relacionado con nuestro tipo de pie o de pisada.
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